Una característica propia de las deudas tributarias es que no duran para siempre y pueden prescribir. La ley establece unos plazos para reclamar la deuda y en el caso de que este tiempo venza, se pasa a considerar que la deuda ha prescrito y ya no puede ser reclamada.
En otras palabras, si la deuda prescribe el acreedor ya no podrá exigir su pago. Ocurre lo mismo con las deudas con Hacienda (Agencia Tributaria), que también tienen un plazo de prescripción a partir del cual ya no podrán ser reclamadas.
En este artículo vamos a explicar cuándo prescriben las deudas con Hacienda y cómo actuar en caso de tener deudas con este organismo.